jueves, 16 de agosto de 2007

Reforma Constitucional...viable?

Finalmente se abre al debate público la famosa reforma constitucional. Fueron 33 artículos propuestos por el presidente para ser reformulados, modificados o ampliados.

Ahora sí se puede iniciar una discusión seria, responsable, sin el melodrama manipulador, mentiroso y violento de las campañas mediáticas usuales que se aplican para estos casos sembrando división, miedos y odio entre quienes todavía se dejan llevar por ellas.

Ante las propuestas de cambios territoriales, elevación a nivel constitucional del poder popular, comunas, etcétera, siempre me planteo la duda: ¿estaremos preparados? Porque los elementos fundamentales para que una organización humana funcione armónica y constructivamente deben ser: el respeto mutuo, el respeto de las normas y leyes, la transparencia, la aceptación de las divergencias de opinión y la convicción de un objetivo común. ¿Existen todos esos elementos con una madurez adecuada en nuestras formas de organización humana?

Yo creo que todavía no y lo percibo día a día en los pleitos vecinales, las corruptelas, la discriminación, el maltrato, la desidia, tanto en instituciones públicas como en las empresas privadas. La falta de motivación para echar pa’ lante, para estudiar, para esforzarse en ser mejores: mejores ciudadanos, mejores personas, mejores profesionales. Cada vez que se presentan los grandes casos de corrupción o los pequeños (como el camionero que casi tumba el puente de Los Ruices en la Autopista, los motorizados que se comen la flecha y se montan en las aceras, las camionetas de lujo comiéndose la luz y agrediendo peatones…) entiendo que hay mucho camino por recorrer antes de que sea realmente factible la instalación efectiva de modelos de auto gestión, de organización comunal, a nivel masivo y autónomo. Es mi opinión.
Este pueblo en general sufre de una autoestima excesivamente baja y eso lo lleva a sospecharse mutuamente, a violar normas mínimas de convivencia y a irrespetar a todo el mundo incluso a si mismo.

Lamentablemente sigue siendo un hecho que si a una persona se le presenta la oportunidad de robarse unos reales, en el 99% de los casos se los roba, y el 1% restante se lo piensa... Por otro lado sigue siendo un hecho también la terrible impunidad en la cual nos sentimos indefensos, tanto ante el malandro que roba siempre en la misma esquina o delante del mismo cajero sin que nada le pase, como ante el autobús que se come una luz y casi te pisa y además te insulta como ante el empresario rico o el funcionario poderoso que te sigue considerando poco menos que basura a menos que le seas útil para un interés propio.

¿Cuantos de los puntos de esa reforma se verán frenados por esta realidad tan dura?, ¿Cuándo se internalizará que el hecho de ser bolivariano o revolucionario no tiene que ver con vestirse de rojo o gritar consignas por conveniencia…sino con el hecho de estar convencidos de la necesidad de ser sensibles socialmente, de considerar con iguales derechos a cualquier persona independientemente de su condición, creencia o tendencia, de ser desprendidos y solidarios cuando se tienen recursos y ser serios, responsables y proactivos cuando no se tienen tantos recursos?

¿Cuándo se internalizará que el hecho de ser de oposición no tiene que ver con satanizar cualquier acción chavista o asquearse de la humildad de muchos de nuestros compatriotas sino con proponer, crear, argumentar, entender y oponer ideas serias, reales y positivas? Toda nueva división de territorios o creación de nuevos funcionarios e instituciones se quedará en el aparato mientras que la gente no asimile los valores necesarios para ser realmente unos nuevos ciudadanos de Venezuela, sean chavistas, antichavistas u otros: venezolanos todos actuando como debe ser.

Apuesto en primer lugar a esa siembra de valores para entonces tener una sociedad merecida y de mayor nivel en donde los conceptos más positivos de la reforma constitucional puedan tener efectivamente sustento y resultado.

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