viernes, 31 de agosto de 2007

Artículo 90: como satanizar la reducción de la jornada laboral

Para satanizar el hecho de que la jornada de trabajo semanal se reduzca entre 8 a 10 horas hay que hacer unas maromas argumentativas muy particulares.

Primero hay que decir que sacando la cuenta de 6 horas por día y 36 por semana (tal como propone la reforma del artículo 90), multiplicando 6 por 5 días a la semana da un total de 30 horas quedando debiendo 6 horas que deben trabajarse el sábado. Punto. ¡Que mala es esa reforma que nos pone a trabajar los sábados!

Desmentido: La propuesta de reforma indica que la jornada de trabajo diurno no debe EXCEDER las 6 horas diarias ni las 36 semanales. Es decir que hay un límite superior pero ningún límite inferior y por lo tanto se puede trabajar un tiempo menor a esas 36 horas según lo que se negocie entre patronos y trabajadores. Es tal como ocurre hoy en día, la jornada no debe exceder las 8 horas diarias ni las 44 semanales pero en casi todas partes laboramos sólo 40 horas a la semana.

Segundo: hay que decir que la reducción de horas de trabajo reduce la producción y que el hecho de tener que contratar supuestamente nuevos turnos de personal significa un gasto inviable.

Desmentido: un personal descansado, con suficiente motivación por un mayor intercambio afectivo personal con sus seres queridos y por una mayor posibilidad de seguirse desarrollando personalmente dudo que sea menos productivo incluso aunque labore menos tiempo por día. Una jornada de 8 horas desgasta notablemente y limita el desarrollo armónico del ser humano. Por otra parte ya existen muchas empresas que laboran por turnos y para las cuales este ajuste no representará mayor impacto y muchas otras ni siquiera necesitarían realizar ajustes por cuanto su producción no debería verse mermada por lo que indiqué antes.

Tercero: en el tiempo libre que surja de la reducción de la jornada de trabajo te van a obligar a recibir clases en donde te adoctrinen o a realizar trabajos forzados o a realizar actividades de tipo político o…a cualquier cosa que se les ocurra forzarte.

Desmentido: ya existen empresas públicas y privadas con jornadas reducidas y las personas allí no son obligadas a realizar ninguna actividad de manera forzada ni sugerida. Este tipo de argumento forma parte de los “fantasmas” que se inventan para asustar a la población con escenarios que les parecen horribles o limitados y así ganar adeptos incondicionales que se opongan a cualquier iniciativa del llamado chavismo.

1 comentario:

Bruno Spelorzi dijo...

ciao, reiberto, mas allá de las razones que invoquen los empresarios sobre la inviabilidad o no de la reducción de la jornada laboral - ellos solo piensan en lo económico - está la humanización del trabajo.

con menos horas de trabajo y mas tiempo libre para dedicarse a la familia, a los panas... y desde luego con la implementación de las horas de "trabajo comunitario" - lo cual nos acerca al sentimiento de solidaridad - la misma naturaleza del trabajo va a derivar en que los mismos trabajadores se vean a sí mismos de otra manera...

excelente blog de analisis, ya había tenido la oportunidad de "leerte" en otros blogs.

un abrazo,

Bruno