La estrategia del antichavismo radical está muy clara en estos últimos días. Su objetivo es una vez más atontar a quienes todavía les creen con marchas de protestas por razones ridículas para así hacerles olvidar el inédito proceso protagonizado por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en el cual los militantes, las bases, la propia gente eligió a quienes serán sus candidatos en las próximas elecciones de alcaldes y gobernadores a celebrarse a finales de este año, en lugar de cúpulas y élites partidistas como es tradición en el país.
A los grupos de oposición amantes del elitismo y a los antichavistas radicales negados totales a ver las cosas buenas del chavismo no les conviene que sus propios seguidores quienes, increíblemente, todavía les creen, comiencen ahora a cuestionar la manera en la cual les han impuesto hasta ahora los candidatos sin tener voz ni voto. ¿Cuánta gente estará de acuerdo con la candidatura de Leopoldo López en Caracas (acusado e investigado por desviación de fondos públicos) o de Enrique Mendoza (investigado y acusado por malversación de fondos cuando era gobernador y protagonista del cierre por la fuerza del canal del estado, Venezolana de Televisión, en el año 2002 durante el golpe de estado)?. A mi personalmente no me gustaría tener unos candidatos de esa especie. ¿Cuántos eligieron como candidato a Antonio Ledezma o a William Ojeda o a Manuel Rosales en el Zulia o a Capriles Radonski para Caracas? Pregúntense eso.
La estrategia inicial fue sembrar de mentiras e inventos el proceso del PSUV para tratar de “ensuciarlo” un poco mediáticamente (que para ellos es suficiente) sin pruebas ni nada de seriedad en sus observaciones sobre un proceso transparente e inédito que dejará muchos mensajes para la historia.
Luego se oponen a dos leyes (siempre que se medio toca una ley saltan los resortes de la reacción a ultranza), una, la de la policía nacional, que siempre ha sido tarea pendiente para regular y hacer más eficientes los procesos judiciales en nuestro país en pro de combatir la inseguridad, principal queja de todos los que habitamos en Venezuela…para ello el antichavismo radical irresponsable mediático-político lo que tiene son puras críticas en su gran mayoría sin sentido. Dijeron que se hablaba en dicha ley de un “policía socialista” y la ley no tiene la palabra “socialista” ni “socialismo” por ningún lado. Uno de sus opositores, Leopoldo López, participó durante el golpe de estado del 2002 en detenciones totalmente fuera de ley y fuera de su juridiscción, pero para él esta ley es la que está “violando la ley”
La otra ley es la de inteligencia y contra inteligencia para la cual contaron con el apoyo de una declaración que raya en la imbecilidad de la máxima figura de la Iglesia venezolana, el cardenal Jorge Urosa Savino, apoyando el ridículo argumento de que esa ley “viola el secreto de confesión”. Tamaña estupidez, primero por ser mentira, segundo por ser ridículo y tercero porque los mayores conspiradores de este país o no creen en Dios o si creen nunca van a misa y mucho menos ¡se confiesan! Eso recuerda el espionaje que iba a hacer Fidel Castro desde La Habana a través de los bombillos ahorradores a cada uno de los hogares de los 26 millones de venezolanos que somos a ver si “pilla” algo raro entre ese “poquito” de gente.
Finalmente se inventan una marcha de “Inhabilitados” para dar apoyo a políticos que han tenido actuaciones irregulares y deben ser procesados con el cuento de que nos están “inhabilitando” a todos y quitándonos el derecho a elegir (clara referencia para oponerse al fenómeno del PSUV). Puras mentiras que sólo creen los necios. Entre los inhabilitados para participar en las elecciones debido a las investigaciones judiciales que se les siguen hay tanto gente de oposición como gente del chavismo…pero este último detallito siempre se les olvida mencionarlo. Serán olvidos que produce tanta estrategia mediática. Olvidos “convenientes” para que no se cuestione lo que dice la cúpula del anti chavismo.
A los grupos de oposición amantes del elitismo y a los antichavistas radicales negados totales a ver las cosas buenas del chavismo no les conviene que sus propios seguidores quienes, increíblemente, todavía les creen, comiencen ahora a cuestionar la manera en la cual les han impuesto hasta ahora los candidatos sin tener voz ni voto. ¿Cuánta gente estará de acuerdo con la candidatura de Leopoldo López en Caracas (acusado e investigado por desviación de fondos públicos) o de Enrique Mendoza (investigado y acusado por malversación de fondos cuando era gobernador y protagonista del cierre por la fuerza del canal del estado, Venezolana de Televisión, en el año 2002 durante el golpe de estado)?. A mi personalmente no me gustaría tener unos candidatos de esa especie. ¿Cuántos eligieron como candidato a Antonio Ledezma o a William Ojeda o a Manuel Rosales en el Zulia o a Capriles Radonski para Caracas? Pregúntense eso.
La estrategia inicial fue sembrar de mentiras e inventos el proceso del PSUV para tratar de “ensuciarlo” un poco mediáticamente (que para ellos es suficiente) sin pruebas ni nada de seriedad en sus observaciones sobre un proceso transparente e inédito que dejará muchos mensajes para la historia.
Luego se oponen a dos leyes (siempre que se medio toca una ley saltan los resortes de la reacción a ultranza), una, la de la policía nacional, que siempre ha sido tarea pendiente para regular y hacer más eficientes los procesos judiciales en nuestro país en pro de combatir la inseguridad, principal queja de todos los que habitamos en Venezuela…para ello el antichavismo radical irresponsable mediático-político lo que tiene son puras críticas en su gran mayoría sin sentido. Dijeron que se hablaba en dicha ley de un “policía socialista” y la ley no tiene la palabra “socialista” ni “socialismo” por ningún lado. Uno de sus opositores, Leopoldo López, participó durante el golpe de estado del 2002 en detenciones totalmente fuera de ley y fuera de su juridiscción, pero para él esta ley es la que está “violando la ley”
La otra ley es la de inteligencia y contra inteligencia para la cual contaron con el apoyo de una declaración que raya en la imbecilidad de la máxima figura de la Iglesia venezolana, el cardenal Jorge Urosa Savino, apoyando el ridículo argumento de que esa ley “viola el secreto de confesión”. Tamaña estupidez, primero por ser mentira, segundo por ser ridículo y tercero porque los mayores conspiradores de este país o no creen en Dios o si creen nunca van a misa y mucho menos ¡se confiesan! Eso recuerda el espionaje que iba a hacer Fidel Castro desde La Habana a través de los bombillos ahorradores a cada uno de los hogares de los 26 millones de venezolanos que somos a ver si “pilla” algo raro entre ese “poquito” de gente.
Finalmente se inventan una marcha de “Inhabilitados” para dar apoyo a políticos que han tenido actuaciones irregulares y deben ser procesados con el cuento de que nos están “inhabilitando” a todos y quitándonos el derecho a elegir (clara referencia para oponerse al fenómeno del PSUV). Puras mentiras que sólo creen los necios. Entre los inhabilitados para participar en las elecciones debido a las investigaciones judiciales que se les siguen hay tanto gente de oposición como gente del chavismo…pero este último detallito siempre se les olvida mencionarlo. Serán olvidos que produce tanta estrategia mediática. Olvidos “convenientes” para que no se cuestione lo que dice la cúpula del anti chavismo.
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